lunes, 1 de diciembre de 2008

ESPERANDO LA MUERTE

Me he esperado demasiado tiempo para volver a escribir. Quería haber destacado la importancia del día contra la violencia contra la mujer celebrado el martes 25 de noviembre, el mensaje de optimismo y de unidad que se dio por parte de todas las instituciones, el descenso de muertes en relación al año pasado, la conciencia social que se está creando en los círculos más cercanos a las víctimas, el testimonio de mujeres que después de años de infierno han sido heroinas capaces de dar el paso de cambiar de vida, la importancia de denunciar.

Me pongo en la piel de las maltratadas y creo que es difícil salir del zulo, enfrentarte a la persona con la que has convivido durante años en un ambiente que consideran único porque no has tenido otra cosa y creo que, desde fuera, se ve todo muy fácil. El 25 de noviembre creí que una vida mejor para estas mujeres es posible.

Hoy soy algo más pesimista. Una joven ecuatoriana de 25 años ha sido asesinada en Valencia por su marido. Una mujer española ha sido asesinada en Galicia por su novio. La ex mujer de éste había pedido el tercer grado para su ex maltratador. Incomprensible. Para más inri, el agresor ha arremetido también contra los testigos que han declarado en su contra. También llevaba una pulsera localizadora que no funcionó.

En esta historia se dan todos los ingredientes para crear una enorme sensación de desprotección social, ya no sólo para las víctimas, sino también para el entorno, donde creo que está buena parte de la solución al problema. A día de hoy, con este caso en todas las portadas, estamos ante el peor escenario para acabar con esta lacra. Lamento ser así de pesimista. Seguro que habrá otros muchos casos que apunten en otra dirección. Sólo faltaría que tragedias como esta fueran lo habitual. No hay justificación para esta muerte. Ha vuelto a fallar el sistema.

Pasan muchas cosas malas (y buenas, aunque, como escribí en anteriores artículos, no venden tanto). No sé por qué me afectan especialmente estos casos de violencia machista. Creo que es porque en cada nueva muerte me paro a pensar que es sólo el fin de un largo recorrido anterior al que nadie ha prestado la suficiente antención como para evitar la muerte.... Y pienso si muchas de las víctimas no habrán pedido que se acelerase el final de la historia, ante su incapacidad de acabar con la tortura.