lunes, 4 de enero de 2010

LA DIFERENCIA COMO ESPERANZA

"El PP es el partido de los ricos y el PSOE el de los pobres". Fue la respuesta de mi abuelo cuando hace casi veinte años le pregunté la diferencia entre esas dos siglas que continuamente veía en los telediarios. Fue tan clarificador, tan didáctico, que en los años siguientes no tuve dudas, la asociación al ver el rojo o el azul era inmediata.

Vengo de abuelos rojos. Trabajadores, luchadores en el frente repúblicano. Posiblemente, no por convicciones arraigadas. Más bien por circunstancias de la vida. Si su historia se hubiera escrito medio siglo más tarde, si mi abuelo hubiera nacido en 1970 en vez de en 1910, posiblemente no hubieran percibido tan claramente la diferencia entre las dos grandes siglas políticas de España.

Los principales partidos ya no son de los pobres ni de los ricos. Son de una sociedad masivamente acomodada, en la que ya no existen grandes diferencias ideológicas entre los votantes de una u otra formación. Los afines al PP y los afines al PSOE ya no son socialmente incompatibles. Es más, tienen muchas cosas en común. Hoy hay familias en paro que votarán al PP. Hay clasistas, falsos progresitas, que dan su apoyo al PSOE.

¿Cuál hubiera sido, veinte años después, la respuesta de mi abuelo? Seguramente lo hubiera tenido que pensar más...: "mmmmm, todos son iguales".

Ufff, prefiero la diferencia. Es más esperanzadora.

2 comentarios:

Santi Barnuevo dijo...

Y además. Son unos pedazo de cabrones.

Alvaro Mohorte dijo...

Quizás la diferencia no sea tanto de partidos como actitudes de los políticos uno a uno. Los hay que estimulan el miedo (especialmente si se puede trasformar en odio), que lo rentabilizan políticamente, y otros que optan por la esperanza, que confían en la transformación de la sociedad para un mundo mejor.
Se trata de diferenciar entre los que levantan muros frente a los que tienden puentes. Los que prefieren acotar la libertad, los que buscan culpables (los inmigrantes por tener hijos, los pensionistas por vivir tanto, las mujeres por queres ser madres o, peor aún, los padres que también quieren serlo) frente a los que se esfuerzan por plantear soluciones (con mejores o peores resultados, es verdad), los que saben que existen unos límites y deciden no dar el paso hacia la corrupción, la censura, la violación de los derechos humanos...
Tengo la oportunidad de trabajar con políticos que saben cual es su lugar y tienen muy claro a quién sirven. Y ellos, ya lo sabes, tienen unas siglas. Espero que sigan así mucho tiempo (estén donde esté), por ellos, por mi y por todos.