jueves, 16 de octubre de 2008

LOS BANCOS Y EL HAMBRE

Algo huele mal. Todo el mundo se muestra optimista con la inyección de liquidez a los bancos por parte de los gobiernos. No quiero ser aguafiestas, ahora que, después de muchos meses aparecen
las primeras noticias positivas de esta crisis, pero... no lo veo claro. No puedo dejar de pensar cómo es posible que, cuando aquéllos que nos representan se lo proponen, pueden hacer algo.

Hoy sólo me vienen interrogantes a la cabeza. ¿Por qué sólo actúan los gobiernos cuando están en peligro los grandes? ¿Por qué esta crisis financiera ha emergido ahora, de sopetón, cuando hace tan sólo dos meses nadie se la había, ni tan sólo planteado? ¿ Van a notar las familias endeudadas esta inyección en los bancos? ¿Realmente nota una familia media española los vaivenes de la Bolsa? ¿Que suba la Bolsa le ayuda a llegar a fin de mes? ¿Qué más da que baje el euríbor ahora, cuando muchos de los que lo han sufrido en los últimos meses están ya en paro y no pueden hacer frente a la hipoteca y mucho menos comprar un piso, por mucho que ahora bajen los precios?

¿Por qué si los gobiernos pueden aportar Billones de euros a los bancos no pueden hacer un esfuerzo que sería mucho menor para acabar con algunos de los principales problemas de la Humanidad, como el hambre? Quizá parezca un reproche muy manido pero hoy toca recordarlo.

Sólo un día al año (como mucho dos o tres) se habla en los medios de comunicación del hambre en el mundo. Ese día va a ser mañana. Se celebra el día internacional de la lucha contra la pobreza. Este año se dará la cifra de 940 millones de personas sufren hambruna.

¿Cuánto dinero necesita una persona para no pasar hambre en su vida? Supongamos que unos... 100 mil euros. Multiplicado por 1000 millones de personas... 100 mil millones de euros.

Se acaban de destinar cantidades que marean para salvar a los bancos. Las matemáticas dicen que con una cantidad menor se podría acabar con la hambruna mundial. Esta conclusión me provoca mucha ansiedad. Porque en realidad, sí está en manos de quienes gestionan el dinero público hacer que el mundo cambie.

Llegaremos a 2015 sin que se hayan cumplido los objetivos del milenio. Y los gobernantes duermen por las noches.

Mañana se hablará del hambre, pero nadie lo relacionará con la crisis financiera.

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