viernes, 31 de octubre de 2008

OPTIMISMO

Me acusan de pesimista. Me he propuesto, en esta ocasión, trasladar optimismo.

Esta semana se ha celebrado en Valencia el Primer Congreso Mujer y Medios de Comunicación. Sólo la iniciativa ya me parece positiva pero además me ha removido la conciencia. Allí se ha dicho " una información responsable en los medios puede ayudar a resolver el conflicto".

Una lacra social de siglos puede tener una punta de lanza en el periodismo. Es una noticia reconfortante para la profesión, en la que el principal riesgo es que, al recibir la noticia, se produzca un efecto de mímesis para los maltratadores.

TITULAR. "Muerta a manos de su marido, pareja, ex pareja..." Al día siguiente surgen dos casos más.

TITULAR VARIOS DÍAS DESPUÉS: "Semana negra en relación a la violencia de género" (acompañado de las sucesivas declaraciones de los políticos a los que se les enciende la luz y se dan cuenta de que hace muchos días que no piensan en una solución para el terrorismo doméstico).

Desgraciadamente, en la mayoría de los casos la noticia llega a los medios cuando no tiene solución. Es decir, cuando la víctima ya no puede ser ayudada por la sociedad porque ha fallecido.

Pues bien. Estoy contenta. Se nos ha reconocido que, incluso en estos casos, no se trata sólo de contar los hechos. (La objetividad no existe). Si no contamos dónde le clavó el cuchillo, si no excusamos al agresor porque iba borracho, si destacamos que ha sido detenido y que un juicio rápido lo ha condenado a varios años de prisión, si nos ponemos en la situación de los afectados y no buscamos el testimonio que pone los pelos de punta, quizá evitemos que al día siguiente se produzca otra muerte violenta.

En el Poema del Mio Cid aparece una referencia a que, en la Edad Media, el hecho de que un hombre matara o intentara matar a su mujerera motivo suficiente para anular el matrimonio.

En la prensa de antes de ayer aparece una joven de 26 años lapidada por adulterio.

A ambas informaciones las separan más de novecientos años de diferencia. Hoy soy optimista. Confío que la lucha por los derechos de las mujeres llegue pronto a buen puerto.

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